¿Qué es el sérum y para qué sirve?

Los sueros, sérum, y/o ampollas faciales son productos altamente concentrados y que contienen una potente mezcla de ingredientes activos. Su consistencia ligera permite una rápida absorción y una penetración profunda en la piel, brindando notables beneficios. 

Los sueros faciales están diseñados para abordar problemas específicos de la piel, como la hidratación, el envejecimiento prematuro, las manchas, las imperfecciones y la falta de luminosidad. Gracias a la elevada concentración de ingredientes activos que contienen, estos sueros pueden producir resultados visibles en áreas específicas de la piel y mejorar su apariencia general.

Lo óptimo es aplicarlo dos veces al día, tanto por la mañana como por la noche. No obstante, si solo puedes hacerlo una vez, es preferible integrarlo en tu rutina nocturna, dado que la piel absorbe sus propiedades de manera más eficaz. 

Además, es importante destacar la necesidad de buscar el sérum adecuado según tu tipo de piel y las preocupaciones específicas que puedas tener. Es crucial no solo basarse en opiniones externas, sino en las necesidades reales de tu piel. Por ejemplo, si tu piel presenta sequedad, oleosidad, manchas, arrugas, acné, entre otros, es fundamental seleccionar un sérum diseñado para abordar estas problemáticas específicas, ya que cada sérum está formulado con un propósito particular para cada tipo de piel.

Debes tener en cuenta que los resultados no se manifiestan de inmediato, sino que pueden requerir varias semanas e incluso meses para ser visibles; sin embargo, los beneficios a largo plazo resultan sumamente significativos. En resumen, el sérum facial se erige como un componente esencial en cualquier régimen de cuidado de la piel.

Es fundamental determinar el momento adecuado para aplicar el sérum en tu rutina facial. En caso de usar solo un limpiador, tónico y crema, es esencial saber que el sérum se aplica después del tónico y antes de la crema hidratante, que tiene la función de sellar los nutrientes en la piel.

Para aquellos apasionados del cuidado de la piel que disfrutan seguir todos los pasos, el orden recomendado sería el siguiente: limpieza, tónico, esencia, sérum, contorno de ojos y crema.

No obstante, se aconseja comenzar con lo esencial e ir incorporando productos gradualmente, ya que una rutina de cuidado de la piel puede evolucionar y adaptarse a tus necesidades después de 1 o 2 meses.

¡No olvides el uso de bloqueador solar o protector solar durante el día, es imprescindible!.